martes, 9 de marzo de 2010

Espero nunca volver a ver ese rostro fuera del sueño.

Hay algo que encuentro sumamente placentero en esta vida aparte de escribir, fumar.

En este mundo en el que hay cabida para los vicios y para civiles decepcionantemente mortales, como yo, a quienes nos resultan un deleite las inútiles costumbres urbanas, como lo son el ocio con una cajetilla de cigarros.
En este capítulo no tengo ni ocio ni cigarro, pero aún a pesar de esa deficiencia, me dispongo fielmente a la efímera pero bien acertada exposición de los últimos acontecimientos en este Londres virtual.

Todo a partir de la noche de ayer, cuando caí en cuenta de que a veces conozco gente intrascendente, a veces me encuentro con gente pseudointeresante, a veces intolerable, desesperante; casi siempre gente insípida, a veces más o menos divertida. A veces, muchas veces, incoherente o intransigentes.
Otras veces irremediablemente no conozco a nadie; a veces porque no hay contexto para interactuar o lo que sea que se hace cuando conoces.
Pero creo que la mayoría de los episodios, no tengo energía positiva para conocimientos de tipo humano.

Estás en cualquier sitio.
Llega un desconocido a hablarte con misteriosa sinceridad, he percibido en todos estos meses de ocio y estudio mental de las conductas humanas, que cuando las personas se abren de tal manera, resulta sospechoso e inverosímil, confuso, incluso un poco conmovedor.
No es sencillo ser espontáneo. En este mundo infestado de hipocresías y máscaras de cera, malditos farsantes, malditos incomprendidos, malditos seres llenos de toxicidad amarilla. Maldita sea la recuperación económica.

Cada uno con su farsa, farsa de jodidos, farsa de culto, farsa de estilo, de gustos, de idiosincrasia. Jodidas farsas confundibles, en este país cualquier amorfo puede creer que es honesto, excéntrico, artista, intelectual, poderoso, magnate, saludable, imprescindible, emotivo, escrupuloso, natural, esencial, maravilloso.

Cada uno con su farsa, cada uno con cada uno.

…Mis hipnóticos pensamientos me sofocan gradualmente.

No sé en qué etapa o proceso de mi vida me encuentro pero debo admitir que últimamente todo lo que usualmente solía gustarme, ahora me está resultando misteriosamente irritante, sofocante, opresivo. Lo que me fascinaba producir, en este momento toma una forma ordinaria e insuficiente.
Mis inventos, construcciones y composiciones se han constituido con una simplicidad y suciedad alucinante.
Las personas que normalmente conforman mi contexto armónico social, se convierten en individuos tristemente insípidos, inexpresivos, un tanto flemáticos.
Recientemente me contengo, me subestimo, me distraigo con ligereza.
Todo se forma execrable y etéreo, inclusive intimidante. No sé por dónde salir. Aquí todo es anti estimulante.

Hace dos noches que no puedo ni dormir placenteramente, ni sentirme feliz o afortunada por mis sueños. He soñado este lugar.
El volumen de mis fantasías se vuelven dependientes a mi inconsciente. Tomo mi celular, escucho las grabaciones, me distraigo y me lamento. Maldita necedad, todo tan insulso, tan vacío, tan inevitablemente indiferente. Aparece la Ciudad como deleite figurado, aparece mi ambición, mis celos y mi ansiedad. Es la narración explícita y maleable de mis destrozados pensamientos.
Soñando que tengo algo en mi vientre, soñando que aparece quien no deseo, me busca, que cedo, soy tan frágil que puede controlarme involuntariamente.

Hace cuarenta y ocho horas que me es imposible concentrarme, manifestarme, hacer una exposición de lo que quiero. Hace cuarenta y ocho horas que no estoy tranquila, que no duermo.
Todo esto cuando su expresión me resulta tan penetrante, avasalladora, dominante y tan déspota como la de ningún otro ser Blanco en esta Ciudad Tesoro.


Espero nunca volver a ver ese rostro fuera del sueño.


Vuelvo a mis actitudes predecibles, lo que no quiero escribir se expulsa cual vomito verbal desde mi garganta, cual infección en el hígado, cual derroche de alcohol. Tengo una amiga llamada Karla, tengo muchas historias sobre ella. Soy demasiado dura conmigo misma. Y a veces con ella. O dura no es la palabra, tal vez es algo con un aire más auto-ofensivo. Kar, tú estás del otro lado leyéndome, yo estoy de este lado escribiéndote. Casi olvido la contraseña de mi blog.

Mi vida es a veces impenetrable, impenetrable en el aspecto de lo que acepto y lo que rechazo. Estoy en un momento de mi vida en el que el gran deshielo es ignorado. Los glaciares se van en retirada, las plataformas se fracturan, el nivel marino se eleva, y yo, quejándome de mis indecisiones.

No puedo aprender a confiar en extraños, ni comprarme tres minutos más de oxígeno. Me es imposible nombrar los tipos de contaminación, prevenirla, evacuar a los responsables de la mafia.

Justamente hoy, respondiendo a tus reclamos, utilicé el camión para releer la carta con motivos sexuales que te debo desde hace ya más de dos meses.
La encontré y me parecen fuera de lugar muchas cosas que hago explícitas y son al final, completamente imprescindibles.
¿Aún así debería dártela?
¿Aunque ya no tengas novio, ni sexo, ni deseos? xD

No hay justificación para todos mis reproches, no estoy en mis días y no me soportas, no sé qué clase de solución tenga mi actitud deplorable.
¿Sugerencias?
No es de día ni de noche.
Estoy en los dos sueños y estoy asustada.

Necesito a David Lynch en este momento.

Torciéndonos, vamos a Oaxaca amiga, tal vez eso es lo que necesito, no crees? Sí, un viaje o sexo. Esas son las dos alternativas para la felicidad nuevamente explícita. Maldición, necesitas ponerme un alto.

Te amo, qué final tan desastroso amiga.

jueves, 29 de octubre de 2009

London. Marzo 2O, 2009. Espacio para el cuerpo.

5:31 pm

Estoy aquí. Al fin aterricé en el asiento frente a la computadora, al fin evadí la plaga de fastidio que me infectó después de que te dejé esta tarde en la parada. De esta manera confieso que he omitido los horarios que fijamos en camino a la Mega Cósmica, admito que el tiempo se me ha escurrido de las manos,,, buscando, leyendo, recordando, tratando de encontrar algo “apropiado”(que sé bien que no existe) en London para transcribirlo y que me leas con una sonrisa discreta antes de tu inexorable partida a Oaxaca.
“Oh! P U T A M U E R T E ! “ lo siento, flashback, lo recordé por lo de –inexorable- en El Lado Oscuro del Corazón.
Y bueno, aquí te va este pequeño fragmento que escribí alguna vez después de mis I N C A L C U L A B L E S escenas carnales que he narrado para Londres, mi mejor amigo hecho de Papel, hecho Londres,,, se titula,,, espera, no, ésta vez carece de título mi pequeño desahogo, :S ahaha :)

Marzo 20, 2009.

Adicción. Trastorno sexual. Insulsa toxicomanía. Fantasía atroz. Armónicos gemidos. Te escribo desde la ventana de Blanco.

Ojalá existiera un lenguaje No-Sintético para expresar los verdaderos deleites del placer a punto orgásmico y las satisfacciones físicas a las que me someto con él.
Estoy en búsqueda de un estilo de relación alternativo a los parámetros ya establecidos por la sociedad y las enfermedades morales que no hacen más que engañar a las parejas, concediéndoles que tengan éxito en su hipocresía.

Tal vez ya estoy aquí, en lo que busco, en lo que alguna vez creí perdido, en lo que estoy alojada, en lo que sueño.

Tal vez es éste el señalado y “delicioso punto intermedio”, el connatural estado de nuestros cuerpos que siempre hemos tenido y hasta ahora descubierto. Tal vez encontré lo imprescindible, lo sustancial,,, tal vez apareciste de mis sueños, filtrándote en mi realidad, en la que no eras requerido para nadie, solo para un cuerpo que buscaba el tuyo, para un capricho que necesitaba saciar sus manías.

Y, ¿cómo escribir sin rayar en expresiones que aparenten suciedad o inciten al morbo a los amigos lectores que nunca tendré? Por el momento no me ha preocupado ésa situación, sin embargo llegará el fatal día de la publicación, mediocre publicación de los insulsos deseos de un Londres, y aunque no puedo negar mi obvia predisposición a la pronta escritura de esto, debo admitir mi terror.

-…Agente Blanco, aquí el Agente Blanco desde el Planeta Tierra…- Los créditos comienzan a hacer su fiel aparición. Aparición aunada al esperado frenesí de algo casi documentado en la Ley de Excesos Sexuales, perversa ley, irrefutable ley, orgásmica ley. Nadie mejor que él y yo como fundadores y creadores de nuestra estricta normatividad de Deseos y Látex.
Ahí, una vez más frente a tu figura, una vez más me expongo ante ti, me exhibo, me vendo. Mi desnudez, mi frágil y fina transparencia aún con ropas cubriendo mi inmóvil cuerpo. Me ves aún sin luz, me sientes sin ponerme una mano encima. No he sentido tus labios y ya estoy dispuesta a todo, deseo tocarte,,, llega el ineludible momento en el que ignoro todas las decepciones, el ardiente momento en el que omito tu engaño y tu mentira, evado mi melancolía, disimulo mi miedo. Expongo mi hipocresía. Ese momento en el que no sé por qué estoy ahí, en el que soy instinto puro, el momento invencible en el que mi pensamiento se enfría.
Llega ese momento perturbador en el que ya no soy yo. Soy la sustancia carnal que busca una sábana cálida, un rastro de cereza.

La sensualidad suspende la búsqueda de una compatibilidad ideológica, se suspende el proyecto de la neutralización de lo que es Blanco y es London. Más bien es el inocente intento de acercamiento con fines de conciliación. Mi hiperactividad verbal tiene que tomar su turno de espera.

En tiempos como éstos sólo hay espacio concedido para el cuerpo.

….

viernes, 23 de octubre de 2009

to kar

Uh! amiga Kar, tengo mi blog, soy yo! Mae Inox :)